El invierno puede ser una temporada complicada para el calzado, sobre todo cuando el clima trae consigo lluvia y bajas temperaturas. Para estas fechas, nosotros recomendamos siempre un calzado calentito, como podrían ser unas botas o unos botines, pero estas condiciones suelen deteriorar los materiales de los zapatos más rápido de lo habitual, lo que puede restarles apariencia y durabilidad. Aquí te presentamos algunos consejos esenciales para proteger tu calzado y extender su vida útil.
1. Impermeabiliza tus zapatos
Para proteger el calzado de la humedad, es clave aplicar un spray impermeabilizante específico según el material del zapato: cuero, gamuza, lona, o incluso materiales sintéticos. El spray crea una capa invisible que repele el agua y mantiene los zapatos secos, algo esencial en los días lluviosos. Este tratamiento debe hacerse con regularidad, especialmente después de limpiar los zapatos a fondo. Un calzado bien impermeabilizado no solo está más protegido contra la humedad, sino que también repele manchas de barro y sal, comunes en las calles mojadas.
2. Evita el calor directo al secar
Cuando el calzado se moja, es tentador ponerlo cerca de un radiador o secador para acelerar el proceso. Sin embargo, el calor directo daña los materiales, especialmente el cuero, la gamuza y las suelas de goma, que pueden deformarse o agrietarse. La mejor manera de secar el calzado es rellenarlo con papel de periódico, que absorberá la humedad. Cambia el papel varias veces hasta que el zapato esté seco y, de ser posible, déjalos secar al aire a temperatura ambiente.
3. Limpia tus zapatos regularmente
Durante los meses de frío, los zapatos están más expuestos a barro, sal y humedad, lo que acelera el deterioro. Una limpieza semanal es ideal para mantener el material en buenas condiciones. Usa productos específicos para cada tipo de material: el cuero requiere cremas y ceras para hidratarlo y evitar que se agriete, mientras que la gamuza se beneficia de un cepillo especial que mantiene su textura y apariencia.
Además, recuerda eliminar cualquier rastro de sal que el calzado pueda haber recogido en las calles. La sal es abrasiva y puede causar manchas, especialmente en el cuero. Para quitarla, usa un paño humedecido en una mezcla de agua y vinagre blanco a partes iguales.
4. Atención al ruido de las suelas mojadas
Es común que las suelas mojadas dejen un molesto ruido al caminar sobre superficies lisas. Esto sucede porque la humedad genera vacío al hacer contacto con el suelo. Para evitar este sonido, seca bien las suelas antes de entrar a interiores o pasa una toalla absorbente justo antes. Además, un truco útil es aplicar un spray antiresbalante en las suelas, que mejora la tracción y ayuda a reducir el sonido.
| Para más información sobre cómo reducir el ruido de tus zapatillas en invierno, consulta nuestra guía completa sobre el tema.
5. Plantillas de invierno para mayor comodidad
Las plantillas son una adición valiosa en invierno, especialmente las hechas de lana, que ayudan a mantener el calor dentro del zapato. Otra opción son las plantillas de carbón activado, que reducen los malos olores causados por la humedad y el sudor, proporcionando además un extra de comodidad y frescura.
6. Guarda el calzado adecuadamente
Un buen almacenamiento es fundamental para conservar tus zapatos en buen estado. Cuando no los uses, asegúrate de guardarlos en un lugar seco y ventilado, lejos de fuentes de humedad. Usa hormas para evitar deformaciones y mantén bolsitas de gel de sílice o absorbentes de humedad en los compartimentos de almacenamiento para evitar daños. Si es posible, guarda el calzado en bolsas de tela que permitan una buena ventilación.
Conclusión
El cuidado del calzado durante el invierno requiere un poco de dedicación, pero los resultados valen la pena. Siguiendo estos consejos, no solo prolongarás la vida de tus zapatos favoritos, sino que también mantendrán su apariencia y confort. Invierte tiempo en su cuidado y estarás listo para enfrentar los días de lluvia y frío con estilo y sin preocupaciones.
